
La prenda es negra, roja y blanca, de estilo cruzado. Cuesta $ 99 (ningún cliente objetó el precio). Es de una marca que ese negocio trabaja en exclusividad en Tucumán.
Las empleadas descubrieron la coincidencia el lunes, justo cuando debían renovar la vidriera, y decidieron ponerlo en un lugar privilegiado, con un cartelito indicando que era el de la tucumana. “Mientras lo poníamos, la gente se daba cuenta y gritaba: ‘es el de Marianela’”, dijo una de las empleadas que no quiso identificarse, como sus compañeras. El revuelo sigue ocurriendo, y los empleados no salen de su asombro.
“Las clientas que miran y preguntan son veinteañeras, y hasta hay algunas que le sacan fotos. Desde el martes, al menos 50 personas se lo probaron”, dijo otra vendedora.
Solana, de 14 años, dijo: “apenas lo vi, lo reconocí; está buenísimo. Es llamativo, pero no me lo pondría”. Su madre opinó lo mismo, y agregó: “la gente es cholula y nos gusta lo mediático; por eso, el vestido es un fenómeno”.
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